En
la búsqueda de información que nos descubra como se usaba nuestra amada
trementina a lo largo de la historia, siempre acaban apareciendo documentos
interesantísimos.
En
esta ocasión me he encontrado con informes relativos al uso de la trementina en
psiquiatría y en autismo esquizofrénico en los años `40. Les aseguro que se
aprende muchísimo leyendo estos documentos.
En
1927 fue galardonado con el premio Nobel de Medicina el médico austriaco Julius
Wagner-Jauregg. Este doctor observó en 1917 que los pacientes que sufrían de
parálisis provocada por la sífilis, mejoraban notablemente tras pasar una fiebre.
Así que ideó diferentes métodos para provocar fiebre en pacientes aquejados de parálisis
general progresiva. A este método se le denominó “piroterapia” y fue tan
revolucionario en aquella época que se aplicó para curar otras muchas enfermedades.
Una
de las formas de provocar la fiebre a los pacientes era con el llamado “absceso
de fijación”, que consistía en aplicar una inyección subcutánea de esencia de
trementina.
Ajajajaja …ya veo sus caras. Los que conocemos la trementina en
estos momentos estamos pensando: ¡ay! ¡Qué dolor!
Hay
muchos documentos que hablan de ello, aquí les dejaré un par de ellos y
para abrir bocado les resumo algunos párrafos importantes.
¡Feliz lectura!
Victoria Sanz
EL TRATAMIENTO DE LAS PSICOSIS
FUNCIONALES EN ESPAÑA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX (1917-1931)
Servicio
de Psiquiatría Departamento de Medicina. UVEG. Hospital Universitario La Fe
Valencia.
J.
J. Plumed Domingo - L. M. Rojo Moreno
“El absceso de fijación consistía en inyectar Trementina
de forma subcutánea al paciente, con la finalidad de producirle un absceso y un
cuadro febril. Se mantenía unos cinco días y después se incidía en el absceso,
dejando un drenaje y haciendo una antisepsia ligera.
Pascal y Davese, en 1926, fueron los primeros en
utilizarlos en series amplias. Ese mismo año Villar y Germain, miembros de la
policlínica neurológica de Rodríguez Lafora, referían “mejorías sorprendentes”
con esta terapia.
Tras diez días de tratamiento la fiebre cambia
completamente el cuadro, se establece una mejoría sorprendente, habla y
contesta a las preguntas con toda normalidad.
Mira y López consideraba que este método era eficaz en el
caso de que se diesen determinadas características clínicas en el enfermo, que para
el autor eran: en cuadros exógenos, cuando predominan como síntomas la
agitación, la confusión y cuando los fenómenos alucinatorios eran intensos.
A pesar de que reconocía su limitada experiencia con la
técnica (19 casos) no dudaba en recomendarla al principio de casos de
hebefrenocatatonia, en la amencia y en las psicosis infecciosas y
postinfecciosas. Por su parte, Vallejo Nágera, sin hablar de casuísticas, decía
estar satisfecho del
método en los casos de esquizofrenia agitada y no haber encontrado beneficio en
los cuadros de esquizofrenia alucinatoria.
Pérez López Villamil afirmaba que el método era la mejor
piretoterapia disponible ya que proporcionaba un mayor número de remisiones.
Además, el dolor que producía la técnica pensaba que era especialmente útil
para controlar el autismo esquizofrénico”
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LA PIROTERAPIA, LAS CURAS DE CHOQUE
Y ASOCIACiÓN DE MÉTODOS EN PSIQUIATRÍA
- Septiembre 1945
Conferencia pronunciada en la Hermandad
de San Cosme y San Damián de Barcelona.
Curso 1944-45.
Dr.
JOSÉ M.a PIGEM SERRA
Jefe
de Clínica del Inslitulo Frenopálico Psiquiátrico de Salt (Gerona)
“La observación empírica de que si en el curso de una
enfermedad psíquica se presenta un proceso febril intercurrente el cuadro
mental a veces mejora e incluso desaparece, ha inspirado llevar a la práctica la
provocación de fiebre en los enfermos mentales.
Entre los distintos métodos piroterápicos, uno de los más
frecuentes, consiste en la inyección de esencia de trementina envejecida
y oxigenada al contacto del aire dando lugar al denominado "absceso de fijación".
En general, se inyectan 1 ó 2 c. c., profundamente, en la región glútea o en la
cara externa del muslo; suele producirse una reacción local en la zona de la
inyección con dolor, calor y enrojecimiento, y formación de una colección
leucocitaria (pus aséptico). Al mismo tiempo se presenta desde las primeras
horas una reacción general del organismo con ascenso de la temperatura que
llega a 39 grados o más.
Generalmente el enfermo queda postrado en cama con
impotencia funcional del miembro inyectado. En 3, 4 ó 5 días suele desaparecer
la fiebre y se va reabsorbiendo la colección purulenta.
El absceso de fijación tiene una brillante indicación:
calmar los cuadros con intensa agitación psicomotriz de cualquier naturaleza
que sea. Por lo tanto, lo mismo está indicado ante agitaciones esquizofrénicas
que ante los enfermos maníacos.
En algún caso para conseguir una mayor inmovilización del
enfermo en la cama ponemos una inyección de esencia de trementina en
ambas extremidades inferiores. En casos desde luego no muy frecuentes el
enfermo no hace caso del absceso y sigue levantándose como si nada se le
hubiera hecho a pesar de las fuertes reacciones local y general bien
manifiestas.
El método del absceso de fijación es un sistema sencillo
que puede aplicar perfectamente el médico práctico en su actuación de urgencia
ante un enfermo agitado.
En los sanatorios se acude a veces al absceso de fijación
para conseguir una atenuación en la intensidad de las reacciones alucinatorias
de antiguos esquizofrénicos o parafrénicos.
En algunos casos puede ser útil la asociación de la
piroterapia y del electroshock, en la forma precisada por FUSTER. En algunas
ocasiones puede ser beneficioso combinar la terapéutica convulsivante con la
provocación de abcesos de fijación de menos de 1 c. c. de esencia de trementina
cada tres o cuatro días; de esta manera el Enfermo está más calmado”.
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